VIOLENCIA

Algo estamos haciendo mal

El bullying constituye la primer causa de suicidio adolescente en el mundo. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

La trágica historia de Norma Lizbeth, estudiante de secundaria con apenas 14 años que falleció por traumatismo craneoencefálico provocado por la golpiza que recibió días antes durante un pleito con otra alumna a la salida de su escuela en Teotihuacán, nos debe llevar a una reflexión muy profunda pues evidencia que algo estamos hacienda muy mal como sociedad. En este sentido, vale la pena revisar con detenimiento lo sucedido para tratar de identificar las causas que llevaron a que esta adolescente perdiera la vida. Norma Lizbeth fue víctima de bullying desde la primaria al parecer por su color de piel, lo que continuó en la secundaria sin que las autoridades escolares tomaran medidas a pesar de que en varias ocasiones denunció las constantes agresiones que sufría, lo que provocó que sus compañeras la amenazarán con golpearla por haberlas acusado.

Lamentablemente esto es más común de lo que pensamos y generalmente se minimiza el acoso escolar tanto por el personal directivo y docente -que no cuentan con protocolos de actuación, capacitación adecuada y mucho menos existen programas integrales para su prevención-, como por la misma familia. Cuántas veces no se ha dicho que la actual es una generación de cristal, que no aguanta nada; y, por tanto, no se atiende este serio problema que afecta a miles de niñas, niños y adolescentes llevándolos en ocasiones incluso al suicidio.

De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS), el bullying constituye la primer causa de suicidio adolescente en el mundo y más de la mitad de las y los adolescentes enfrenta acoso escolar, mientras que la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) señala que tan sólo en 2021 se registraron más de 30 mil casos de violencia física en escuelas en nuestro país, ello sin contar la violencia psicológica que pocas veces se denuncia, pero que también tiene un impacto muy importante en la salud mental de niñas, niños y adolescentes.

En el caso de Norma Lizbeth, es claro que se presentaron fallas graves por parte de las autoridades educativas y hasta el comunicado de la Secretaría de Educación Pública es muy pobre al limitarse a lamentar su “sensible fallecimiento” en vez de condenar enérgicamente los hechos.

Por otra parte, aunque nada justifica la violencia y desde luego no exime de responsabilidad ante una conducta criminal, habrá que conocer el contexto familiar y social en que se desarrolló la niña agresora para tratar de entender el detonante del alto nivel de agresividad que exhibió durante la pelea al golpear incluso con una piedra a Norma Lizbeth como se observa en los videos que han circulado en redes sociales, pues según especialistas, comúnmente el bullying es ejercido por alguien que a su vez ha sido víctima de algún tipo de violencia en su entorno más cercano.

De igual forma genera mucha preocupación el comportamiento de las demás alumnas y alumnos que estuvieron presentes, ya que en vez de intervenir para separarlas, dar aviso a las autoridades escolares o ayudar a Norma Lizbeth, quien estaba seriamente lastimada, se reían, grababan la pelea y le gritaban a Azahara Aylin para que le pegara más fuerte como sacando sus más bajos instintos. También se debe señalar la negligencia médica pues únicamente le recetaron pastillas para el dolor sin realizarle los estudios necesarios para detectar los daños en la cabeza provocados por los golpes. Norma Lizbeth no sólo fue víctima de Azahara Aylin, lo fue de la directora y maestros de la Secundaria oficial 0518, de sus compañeras y compañeros, de los doctores que la atendieron, de la indolencia gubernamental y la indiferencia de la sociedad ante el bullying y la normalización de la violencia en los distintos ámbitos de nuestra vida en comunidad. Es momento de pensar en serio y pasar a la acción para construir una cultura de paz.