¿Por qué el personal médico tarda años en identificar las enfermedades de las mujeres?, al entrar a una sala de urgencias, los especialistas tienden a dar un diagnóstico poco certero, errado o incluso, les toma un largo periodo de tiempo descifrar la sintomatología. De acuerdo con el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO), en promedio toma de tres a cuatro años identificar las enfermedades autoinmunes en los cuerpos femeninos. 

De manera colectiva, es sabido que los síntomas de un infarto al corazón es el dolor en el brazo, hombros, mandíbula y presión en el pecho, sin embargo, en el cuerpo de la mujer los signos no se presentan de la misma manera lo que se refleja en que ellas tienen el 50% de probabilidad de no recibir un diagnóstico oportuno cuando se trata de un paro cardíaco. Asimismo, la mujer tiene un 33% más de posibilidad de ser mal diagnosticadas después de sufrir un paro cerebrovascular.

Enfermedades como lupus o artritis corresponden en un 75% a la población femenina, sin embargo, pese a esta tendencia, recibir un diagnóstico concreto e iniciar con el tratamiento puede tomar varios años, pues sólo para recibir el diagnóstico del padecimiento pueden pasar cuatro años. 

En contraparte, la rama de la ginecología - endocrinología también se ve seriamente rezagado y es que, enfermedades como endometriosis que son padecidas por el 10% de la población mundial (+7 millones en México), los especialistas demoran hasta 10 años en identificar los síntomas, aunque en ese proceso, se atraviesan por diagnósticos errados, medicaciones hormonales innecesarias e incluso, la negligencia médica al normalizar el dolor menstrual en pacientes. 

Ante este panorama de un profundo desconocimiento en la medicina, el IMCO señala que las mujeres son mal diagnosticadas simplemente porque se conoce poco o nada del desarrollo de sus enfermedades por lo que el área médica tiende a confundirse con otros padecimientos que se asemejan a los síntomas que, desde la academia, les fueron enseñados. 

“Cuando se refiere a enfermedades ginecológicas como el cáncer de ovario o el síndrome de ovario poliquístico los síntomas se asemejan con otras enfermedades por lo que se confunden con otras condiciones”, señala el Centro de Investigación en Política Pública.

Medicina androcéntrica y mujeres subrepresentadas

A menudo se considera que el eje central de los diagnósticos errados se debe a los “síntomas atípicos”, algo que el IMCO condena y señala que, no existen situaciones “anormales”, sino que las enfermedades que aquejan a las mujeres han sido menos estudiadas, un fenómeno que se aúna a que, históricamente, las mujeres no han sido partícipes activas en la medicina

“Hay que romper además, con el concepto de que el hombre blanco promedio es lo normal, y las demás personas son una desviación del modelo” (La mujer invisible escrito por Caroline Criado)

En entrevista para La Cadera de Eva, Paulina Trejo, doctora en estudios críticos del desarrollo, artista independiente y autora de “Volver a la cuerpa, endometriosis y salud autogestiva”, señala que no existe una homologación en la medicina, los especialistas en distintos rubros desconocen sobre el cuerpo de las mujeres y esto, se convierte en un proceso agobiante donde no obtienes respuestas y te encuentras sometida a medicamentos mal empleados que, incluso, ponen en peligro la vida de mujeres, niñas y adolescentes. 

“Por ejemplo, ¿por qué cuando acudes al urólogo por constantes dolores este no tiene el conocimiento de que puede ser endometriosis?, ¿por qué no te derivan con un ginecólogo para revisar tu caso y corroborar con una segunda perspectiva?, ¿por qué si la menstruación es un indicativo tan importante en la salud a ningún médico le importa preguntarte al respecto en los chequeos?, para mi, es una forma en la que se puede ver el sesgo de género en la práctica”, comparte. 

Con una poderosa frase, el Centro de Investigación en Política Pública señala que es inaceptable que, pese a los múltiples avances tecnológicos en las ciencias y en la medicina, las mujeres continúen pareciendo un “enigma médico”, vulnerándolas en demasía al ser quienes tienen mayor posibilidad de no recibir la atención oportuna y vivir serias complicaciones en su estado de salud, pues para el ojo clínico, "el síntoma femenino es atípico”.