Desde 2013, en México se tiene registro de un total de 10 mil nacimientos al interior de centros de reclusión, durante la niñez se enfrentan a espacios altamente violentos en donde predomina el autogobierno, prueba de ello, es que el 67% de estas infancias ha atestiguado un motín o una riña, ¿en qué circunstancias vive este sector y a qué vulnerabilidades se enfrentan al crecer en estos centros penitenciarios?, ¿cuentan con servicios de educación, salud y vivienda?

De acuerdo con el trabajo de investigación “Diagnóstico  de maternidad y paternidad en prisión” expedido por Reinserta, más del 60% de las mujeres alimentan a sus hijos con despensas proveídas por familiares o personas externas al centro. El 37% indicó que ellas se hacían cargo de alimentar a sus hijos adquiriendo los insumos al interior del reclusorio y sólo el 25% reportó que las autoridades correspondientes del lugar les proporcionaban alimentos balanceados y nutritivos a sus hijos respecto a su edad. 

En la investigación, se encontró que 6 de cada 10 infantes tienen acceso a servicios de vacunación, siendo este el servicio con mayor cobertura. En contraparte, los servicios de atención pedagógica, de nutrición y medicinas pediátricas presentan un serio problema de rezago. 

“Me da tristeza ver a mi niña con tan pocas cosas y sin poder comer lo mismo que un niño afuera, a veces no tengo ni un pañal qué ponerle. Cuando se enferma no tengo para sus medicinas. Es difícil porque el centro no nos ayuda con nada para ellos (refiriéndose a las y los hijos de las demás mujeres) y a veces nuestra familia tampoco puede mandarnos nada”, señala una de las entrevistadas de Reinserta.

Otro de los puntos coyunturales de esta investigación era conocer en dónde se desarrollan estas infancias y a qué espacios tienen libre acceso, estos fueron los resultados arrojados:

  • Área lúdica para jugar y leer: 6 de cada 10 
  • Área para jugar al aire libre: 6 de cada 10 
  • Dormitorio para mujeres que son madres: 4 de cada 10 
  • Cama separada para que la infancia duerma sola: 0.6 de cada 10 
  • Baños exclusivos para niños y bebés: 0.4 de cada 10 
  • Área de dormitorios exclusivos para los niños: 0 de cada 10

Con respecto a los servicios básicos de cuidado de bebés e infantes, Reinserta indagó para conocer de dónde se obtenían los recursos y el resultado, al igual que en la alimentación, arrojó que los familiares son quienes llevan ropa, cobijas, jabón y productos de higiene bucal a los menores. Por su parte, los centros penitenciarios otorgan el 19% de los pañales a las madres, mientras que el 60% de ellas los reciben por parte de un familiar, siendo la abuela materna la principal figura que se desempeña como cuidadora externa en un 50% de los casos.

En otra lectura importante, es necesario visibilizar que las infancias están sujetas a una serie de violencias ejercidas por parte de otras internas e incluso, por el personal que labora al interior de los centros. 

  • Maltrato por parte de otras mujeres: 6.5%
  • Maltrato por parte de la autoridad: 4.7%

¿Qué repercusiones presentan las infancias que se desarrollan al interior de centros de readaptación social?

Reinserta encontró una serie de datos que apuntan al estado físico y emocional de las infancias que habitan espacios y se encontró que 46.7% de ellos tiene problemas de ira o despierta de mal humor; 36.7% tiene problemas para dormir a raíz de pesadillas o terrores nocturnos y el 25% presenta dificultades de alimentación. 

De manera concreta, las madres indicaron para la investigación que los trastornos del sueño es el principal padecimiento que detectan en sus hijos, sienten miedo, ansiedad e insomnio. 

¿Qué se está haciendo para salvaguardar a las infancias que viven en el reclusorio y cómo apoyar?

De manera concluyente, en México las niñas y niños que se desarrollan en un contexto carcelario viven múltiples violencias, pues no existen espacios exclusivos para madres e hijos, viven constantes separaciones, no cuentan con redes de apoyo sanos y se enfrentan a episodios traumáticos de violencia física y/o sexual, por ejemplo, cuando son testigos de las visitas conyugales. 

Aunque la Ley Nacional de Ejecución Penal reconoce a las infancias que viven en estos contextos y estipula que el Estado debe salvaguardar sus derechos, la realidad es que no se destinan los recursos públicos suficientes para que las niñas y niños puedan desarrollarse integralmente. En ese contexto, la organización Reinserta ha impulsado a través de trabajos de investigación y recaudación de fondos, la creación de espacios de maternidad como la Bebeteca en Monterrey Nuevo León, asesoría legal y programas de atención psicológica. 

Fuente: Reinserta

El cortometraje “III” producido por Reinserta visibiliza la maternidad al interior de estos centros de readaptación social y expone las condiciones en que el Estado vulnera a este sector. Consulta este trabajo de investigación dando clic aquí o bien, dona a esta organización para la creación de más espacios separatistas y seguros que abonen a la protección de las infancias.