Activista transfeminista, escritora, poeta, performer, cocinera, talachera… así se define hoy Diana J. Torres, autora de los libros Pornoterrorismo y Pucha Potens, que son igual de irreverentes y cercanos como se muestra ella misma en su departamento en el centro de la Ciudad de México.

En entrevista con La Cadera de EvaDiana Torres define el pornoterrorismo como una forma de feminismo relacionado con lo sexual, de entender la sexualidad como “un arma, una fuente de poder que nos ha sido negada” a las mujeres, pero también a todos los cuerpos que no entran en la norma.

Diana comenzó escribiendo poesía y pornopoesía, pero más adelante decidió que necesitaba poner el cuerpo “de otra manera más profunda”, por lo que comenzó a realizar las performance pornoterroristas, mediante las cuales transmite ideas de empoderamiento corporal y sexual a través de la poesía y acciones corporales.

El pornoterrorismo es una forma de protesta y de respuesta, una herramienta para sanar las heridas que nos hace el sistema y construir desde otros lugares

Educación sexual y entornos afectivos para sobrevivir

Desde pequeñas hay un tabú frente a la educación sexual, señala Diana J. Torres, y resalta que la información que le damos a las infancias sobre sus cuerpos y sexualidad les salva de los abusos o de las violencias que puedan recibir, ya que entienden y reconocen lo que está pasando. Insiste en que las mismas niñas y niños preguntan la información que necesitan: ¿de dónde venimos? ¿por qué siento así cuando me toco acá?

Torres, que ha realizado talleres de sexualidad con adolescentes, señala que la información sexual en la adolescencia es muy importante porque es un momento en el que se producen una gran mayoría de abusos. La falta de educación sexual las está dejando desarmadas, lo que es muy grave, es algo a lo que hay que ponerle mucha atención.

Diana recalca la importancia de encontrar y crear entornos afectivos que apoyen nuestras decisiones sobre nuestros cuerpos y vidas:

"Cuando tú te das cuenta desde adolescente que no encajas en la sociedad y que necesitas salir de ahí, porque quedarte ahí significa la muerte y significa la asfixia, te empiezas desde muy temprana edad juntar con personas. Te das cuenta de que sin esas personas no sobrevives" 

Performer, escritora, tallerista

Diana aclara que todos sus libros los escribe a raíz de experiencias personales. “Si la vida te pone las circunstancias y tú las consigues resolver de una manera y eso lo puedes compartir para que otras personas lo resuelvan, pues creo que por ahí está el valor de escribir en sí mismo”.

A través de la investigación para sus libros y performance, Diana se dio cuenta de los instrumentos del patriarcado para perpetuar la idea de que la sexualidad de las mujeres es, o debe ser, “discreta, limpia, pequeñita” y que hay una “especie de jerarquía, en la que la sexualidad del hombre está siempre arriba y la nuestro siempre abajo”.

En un mundo binarista, continúa Diana, no solo el género es binario, todo el pensamiento está basado en opuestos binarios: lo bueno, lo malo; lo feo, lo bonito; lo aceptable y lo inaceptable.

El binarismo de género es la estructura básica del patriarcado

Sus talleres, nos dice, son instancias de intercambio, no de educación. Opina que también debemos cuestionarnos la manera en que compartimos conocimiento, en la que el flujo de éste solamente va hacia un lado, pero su taller se construye a partir del conocimiento de muchas personas. 

Confiar en nuestro cuerpo, nuestra intuición y nuestro deseo

Las ideas esencialistas sobre el sexo, continúa Diana, se camuflan de alguna manera de ciencia en este sistema binarista, para poder, por ejemplo, decir que lo esencial en una mujer es que tenga hijos, que tenga una vagina, cuando en realidad hay un abanico de posibilidades de diversidad inmensa, donde hay mujeres que no pueden concebir o que no tienen vulva.

Esto prioriza que seamos seres al servicio del sistema, mujeres funcionalmente reproductivas y se deja de lado nuestro placer. No nos preguntamos si las mujeres estaríamos dispuestas a pasar por la reproducción si no fuera a cambio de placer.

Para desmontar las ideas que el sistema nos enseña sobre nuestros cuerpos y los tabúes sobre nuestro propio deseo, Diana propone perseguir el placer. El placer como “arma poderosísima” para encaminarse en una vida más libre.

Son como micro exorcismos, de las cosas que se interponen entre nosotros y el placer

Entre las cosas que Diana Torres propone micro exorcizar están las ideas religiosas, los miedos que tenemos con la familia, con el “qué dirán”, con la presión social y otros dispositivos de control que, asegura, se pueden desactivar persiguiendo el placer y teniendo un entorno afectivo de apoyo.

Para esto, ahonda Diana, quien actualmente es parte del proyecto gastrocultural Travesura, hay que empezar a priorizar lo realmente importante que es nuestro bienestar, marcar como prioridad nuestro bienestar personal

Diana J. Torres en Ciudad de México
Diana J. Torres

La violencia machista nos habita

Para su próximo libro, Diana J. Torres comenzó a investigar casos de lesbofeminicidio, mujeres que matan a sus parejas mujeres. La sorprendió darse cuenta de que sucedía mucho más de lo que esperaba. Sin embargo, hay países -como en España- que no lo consideran feminicidio si a una mujer la mata su pareja mujer.

“La violencia machista solamente siempre dentro de personas catalogadas como hombres si es género también puede estar dentro de una persona con vagina que se dice a sí misma mujer. La violencia machista nos habita”.

Dentro de los feminismos, todo el acoso hacia las mujeres trans también es violencia machista, opina Diana. Es necesario buscar soluciones que no pasen por lo punitivo, por el sistema de castigos del patriarcado.

Puedes encontrar Pornoterrorismo y Puchapotents en la editorial Sexto Piso y mientras publica su nuevo libro, leer a Diana en sus redes sociales, donde la encuentras como eyaculadora precoz, terrorista lúbrica, tocapelotas pro, poeta de bragueta, prostituta fracasada, @pornoterrorista