El Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) presentó el Reporte Anual de Vivienda, que tiene como objetivo recoger información relacionada al sector de la vivienda y el desarrollo urbano. En este documento se presenta un hallazgo importante: sólo 1 de cada 3 viviendas es propiedad a una mujer, este dato, señala el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO), es reflejo de las brechas salariales entre hombres y mujeres en el mercado laboral

Sobre esto, es necesario apuntalar que en México, las mujeres perciben un salario 27% más bajo que la población masculina, según La Bolsa Institucional de Valores en conjunto con Mujeres Invirtiendo, 2022. Esta incidencia genera que las trabajadoras tengan menos posibilidad de generar ahorros y acceder a prestaciones hipotecarias

Esta tendencia de 3 de cada 10 créditos para vivienda se ha mantenido desde 2019 de acuerdo al Reporte Anual de Vivienda. Se tiene un registro de 126 mil millones de pesos que fueron destinados a personas económicamente activas para adquirir viviendas o terrenos, de esta cantidad de dinero, sólo el 33% fue captado por mujeres, asimismo, se destaca que en promedio, al momento de adquirir una vivienda, las mujeres reciben un préstamo 16.5% menor que sus congéneres.

Estas disparidades, permean en la vida de las mujeres y les dificulta adquirir viviendas de mejor calidad, es decir, con casetas de vigilancia, servicios básicos, seguridad, alumbrado público, red de internet, drenaje, transporte público cercano y vialidades terminadas. 

De acuerdo a información de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2021, el 78% de las mexicanas afirmaron sentirse inseguras en los espacios públicos, desde las calles, transporte público, mercados, bancos y estacionamientos. En este contexto, no poder acceder a viviendas en poblados seguros se vuelve un serio problema para las mujeres

Al respecto, el Centro de Investigación en Política Pública, señala que existe una alta incidencia en que las mujeres adquieran viviendas en condominios, lo que refleja que prefieren habitar en espacios más seguros que en hogares más amplios, es decir, sacrifican el espacio por su seguridad. 

Las viviendas son un derecho, no un privilegio

El IMCO señala que es necesario que se repitan estos ejercicios de difusión, pues permite generar análisis más profundos y conocer las necesidades poblacionales. Además, esta clase de hallazgos pueden ser un parteaguas para que el estado comience a impulsar programas de vivienda más asequibles, seguros y con características idóneas para que las mujeres e infantes puedan vivir en mejor.

El tema de la vivienda debe ser comprendido como un derecho humano y no como un privilegio al que sea -casi- imposible acceder. En conversación para la Cadera de Eva, Carla Escoffié, abogada directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho en Monterrey, autora del libro El derecho a la vivienda en México, derechos homónimos, explica que la vivienda debe estar por encima del interés privado (inmobiliarias), asimismo, también existe una urgencia de modificar la constitución, pues es el único derecho que se aborda como familiar y no individual.

“Con las reformas de los 70’s con la creación del Infonavit, viene de esta lógica de quienes eran los trabajadores, donde se le garantizaba al trabajador (en específico el género masculino), el acceso a una casa y por añadidura la esposa e hijos iban a estar ya cubiertos en esa necesidad”, explica Carla Escoffié. 

Sobre esta línea, se puede concluir que el derecho a la vivienda es relativamente nuevo para las mujeres económicamente activas, por ello, colectivos de toda la República se rebelan contra este paradigma y exigen al estado viviendas más asequibles. 

Las mujeres deben tener las mismas oportunidades para ser acreedoras a una vivienda y que, con libertad, puedan elegir el espacio donde desean habitar sin necesidad de sacrificar algunos servicios por otros, al respecto, el IMCO exhorta al estado mexicano a ser más transparentes con los contratos de constructoras, regular la industria inmobiliaria, disminuir los espacios ocupados para estacionamientos y atender las necesidades de las mujeres y grupos vulnerables que han sido despojados de su derecho a tener una vivienda