En México, la organización de los pueblos indígenas tiene como principio la libre determinación en sus usos y costumbres, de acuerdo con su artículo segundo. Pero, hasta hace unos años, aquella libre determinación no involucraba la participación política de las mujeres

Eufrosina Cruz es una mujer indígena, contadora, diputada, activista y escritora que, abrió por completo su corazón al contar su historia y trayectoria en la búsqueda del reconocimiento de las mujeres indígenas y sus derechos políticos. 

“Cuando un espacio se abre para poder visibilizar lo que queremos gritar, lo que queremos decir a México, para mí significa libertad, conciencia y seguir arrebatando lo que nos corresponde a las mujeres y a las comunidades indígenas”, comparte. 

Eufrosina Cruz Mendoza es quien se atrevió a desafiar aquellos usos y costumbres, pues desde los 12 años cuestionó el porqué las niñas y mujeres de su comunidad debían dedicarse a atender a los varones, ser sometidas al matrimonio infantil y tener hijos desde niñas. 

“En las comunidades no juegas con una muñeca, juegas haciendo tortillas porque te preparan para ser mujer a los 12 o 13 años y casarte con alguien que no conoces. Mi sueño es que ninguna niña tenga que llorar debajo de una cobija, porque su origen defina su destino”, comparte.

LAS MUJERES EXISTEN Y RESISTEN AL PATRIARCADO 

Las mujeres se han visto subordinadas no sólo a los mandatos de género, sino también a aquellas legislaciones que no las consideran como ciudadanas que tienen derechos de todo tipo. Eufrosina Cruz, al crecer ella quería ser partícipe de las decisiones que tomaban las autoridades (hombres) de su pueblo, pues “la cotidianidad en su comunidad era que las mujeres eran invisibles”, expresa. 

Bajo el argumento de la libre determinación de los usos y costumbres de los pueblos indígenas, en la comunidad de Eufrosina, las mujeres no tenían la opotunidad de votar ni de ser votadas para puestos públicos, sólo a nivel estatal y federal. Sin embargo, ella se aferró a su sueño, pues quería ser presidenta de su pueblo. 

En 2007, tuvo la valentía de postularse como dirigente de su comunidad, entonces comenzó su carrera política y consiguió graduarse con maestría en ciencias políticas. Aunque logró ser la primera candidata, al término de la votación, los hombres decidieron que ella no podía participar por el simple hecho de ser mujer y terminaron en una asamblea donde Eufrosina fue insultada ante su acto de rebeldía. 

Ella identificó despúes que lo que estaba viviendo era violencia política, no sólo por negarle sus derechos políticos ni por insultarla, sino que también su vida fue amenzada por atentados en dos ocasiones. 

Fueron las mujeres de su pueblo quienes confiaron en ella, las que la motivaron a denunciar la violencia de género que se vivía, “todo mundo sabía que sucedía pero nadie se atrevía a denunciarlo”, comparte. 

“¿Cuánto dolor conlleva romper paradigmas? Estamos luchando por lo que nos toca a las mujeres, porque nada se nos ha regalado; hemos tenido que arrebatar cada paso, porque no ha sido fácil. A unas nos ha dolido más, pero (los derechos) los hemos arrebatado ”, afirma. 

LAS MUJERES TAMBIÉN CUENTAN 

Tras un largo trayecto en la política, Eufrosina Cruz logra convertirse en diputada local en 2010, lo que le permitó cambiar la constitución política de Oaxaca; posteriormente hizo lo mismo pero en 2015, como diputada federal cambió la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

Durante su trabajo legislativo, presentó una serie de reformas al artículo 2°, las cuales tenían el objetivo de proteger los derechos políticos de las mujeres. Se estableció que, a pesar de la libre determinación de los pueblos indígenas, los usos y costumbres no deben atentar contra la libertad de las mujeres para votar y ser votadas. Asimismo, se estableció que en las asambleas o consejos de cada comunidad, debía existir paridad de género.

Estas modificaciones han logrado que muchas más mujeres se atrevan a ocupar espacios de política, y de este modo, llevar a la agenda pública la participación de niñas, adolescentes y mujeres fuera de los estereotipos de género. Unos años antes, en 2010, las modificaciones dieron como resultado la primera votación donde participaron las mujeres del pueblo originario de Eufrosina Cruz. 

En el mismo año, Eufrosina fungió como representante de México en la Organización de Naciones Unidas (ONU), con el fin de reunirse con los jefes de Estado de los países con población indígena. En ese espacio, logró visibilizar el empoderamiento de las mujeres en las comunidades indígenas, mediante una iniciativa que fue aprobada por todos los representantes ahí presentes. 

“No nací con esa conciencia de libertad, tuve que construirla todos los días; tuve que entender que nadie iba a cambiar mi circunstancia. Tuve que entender que mi origen no iba a definir mi destino ni mis sueños. Tuve que entender que no hay camino más poderoso que la educación”, dice en entrevista. 

Finalmente, Eufrosina Cruz Mendoza, no sólo logró desafiar los mandatos de género, sino que abrió el camino para las mujeres indígenas, convirtiéndose en un referente de inspiración en la lucha de los derechos de las mujeres.