Estados Unidos e Inglaterra son los países estelares cuando queremos hablar de música, consumimos diariamente a sus artistas y desde siempre, la historia se ha caracterizado por ser así; un ángulo occidentocentrista que traza la agenda de qué y cómo debe ser lo que se encuentra en nuestras listas de reproducción. Sin embargo, con el internet a nuestro favor, podemos tener acceso a un abanico mucho más grande  que hasta hace algunas décadas parecía imposible. Escuchar música egipcia de la década de los ochentas o tal vez, la balada en chino mandarín más increíble, están a un sólo click de distancia y desdibujan aquellas fronteras propias de Occidente que hemos aprendido; a mirar desde la otredad y con lejanía lo Oriental

Acá un compilatorio de cinco mujeres que reivindicaron la música, incursionando en géneros nuevos y siendo actores activos para innovar y generar propuestas únicas en su tipo. 

Jun Togawa

Insectos, gusanos, historias oscuras, sensualidad y escenarios viscerales es como Jun Togawa presenta su música. Caracterizada por ir en contra de toda aquella femineidad de la cultura nipona (muy propia de los ochentas en el movimiento del City-pop), Jun Togawa disfrutaba de desentonar en sus canciones y después sacar un gutural grave, improvisar rutinas de baile, echarse a llorar durante las entrevistas hasta incomodar al periodista o hablar sobre cualquier tema incómodo que le viniera a la mente cuando era cuestionada sobre su personalidad. 

“Mis canciones han sido siempre recibidas con críticas buenas y horribles por igual, usualmente más horribles. No les gusta mi música, dicen que hace a la gente sentir incómoda porque escribo sobre humanos que se vuelven insectos, les parece desagradable y me niegan, pero la música no sólo debe emanar felicidad y divertir”, señala en una entrevista de televisión. 

Con 18 álbumes y sencillos, Jun continúa experimentando con diferentes géneros, sin nunca perder de vista las críticas constantes contra el machismo de la sociedad japonesa; la virginidad como valor determinante, la infidelidad masculina, la sumisión, el acoso, el feminicidio y la objetivización de la mujer son temas recurrentes que se disfrazan de algunas analogías; poner el dedo en la llaga del conservadurismo asiático es uno de los puntos medulares para entender la irreverencia de un personaje tan increíble como el que es Jun Togawa.

Priscilla Chan Wai-han 

Originaria de Hong Kong, Priscilla inició su carrera a principios de los años ochentas con una voz de contralto (la más grave) se convirtió en uno de los sellos más importantes del movimiento de Cantopop, incluso, en 1988 su canción “Silly Girl” fue adaptada al español bajo la voz de María Alonso. 

Pricilla cuenta en total 39 álbumes y EP en chino mandarín, cantonés y japonés. En sus letras, tiende a apelar al duelo, la ruptura de las relaciones y al sentimiento de añoranza; las melodías suaves la convierten en un infaltable de los discos de Hong Kong y que, seguramente, también será una parte fundamental de tus playlist.

El album de 1982 “What’s your name?”, atraviesa una historia que, aunque podía apuntar al romanticismo y al amor, termina en una abrupta ruptura que hará cuestionarse a la mujer el porqué de su anhelo, la desesperanza y por supuesto, la liberación al comprender que el amor debe existir sin la idealización del “uno para el otro”.

Alla Pugacheva 

Millions os Scarlet Roses (Un millón de rosas escarlatas) es una de aquellas canciones que te hacen detenerte y se sienten como un flechazo en el corazón, y es que, cómo no sentirse así con la voz poderosa mezzosoprano de Allah acompañada de un teclado suave. 

Allah, es un icono de la balada, especialmente en personas mayores que recuerdan su música como acompañamiento en todo el proceso de la caída de la URSS, pues ella participó activamente dando conciertos y haciendo activismo en algunos pueblos, incluyendo Chernobil y ha sido una feroz crítica de la política de su país, aunque en Occidente se desconozca sobre Allah, dentro de Rusia es una de las mujeres más importantes del género de la balada y el pop. 

Hay garantía, sin importar cuál de sus 500 canciones pongas a reproducir en aleatorio, encontrarás propuestas interesantísimas en kazajo, hebreo, finlandés, ucraniano, ruso, alemán o francés; canciones rebeldes al puro estilo punk de los ochentas, hasta sencillos que denotan una profunda tristeza.

Actualmente, ella y su esposo son considerados “agentes extranjeros” tras pronunciarse en contra de los enfrentamientos en Ucrania; fueron expulsados del estado ruso y residen en Israel. 

Al Massrieen

Desde Egipto, Al Massrieen es una agrupación de pop que nace en los años 70s y se desintegraría a principios de los 80s, contando con Mona Aziz como la voz, esta breve pero importante banda marcaría una pauta importante en el funk / electro pop / disco en este país. 

De este lado del planeta se bailaba Alphaville o Yazoo, pero en los clubes de Egipto resonaba Al Massrieen, con unos teclados propios de alguna película futurista de los ochentas que recordaba a los soviéticos Alyans, esta agrupación de siete se encargaba de generar una atmósfera casi onírica con la voz de Mona que se volvió en un pilar fundamental en la composición de su música

Una década después, la agrupación se desintegró y la población se volcó por otros gustos musicales dejando en un cajón a esta banda que, hasta hace un par de años, algunos adeptos han decidido traer a conversación reconociéndolos como una banda visionaria en su género que se aventuró a crear música innovadora, así como la influencia de Mona que siempre añadía una enorme distinción con su particular voz y sonidos que incorporaba en sus interpretaciones. 

Senay Yüzbasioglu

Mejor conocida como Senay, esta cantante originaria de Estambúl Turquía nació en 1947 e inició su carrera en 1969 después de lanzar Serv Kardesim, nominada a la mejor canción del año y ganadora de ese galardón en 1971. 

Senay se caracteriza por un funk increíblemente original que, dentro del contexto ochentero, podemos notar que marcó fuertemente su sonido pues la influencia disco está presente, pero al mismo tiempo, por cuestiones quizás, meramente culturales, la música folclórica otomana (turk) es una parte fundamental de su trabajo. 

Su música se convirtió en todo un movimiento que intentaba posicionar a Turquía como un exportador de música disco en compañía de Bilgen Bengu y Sevda Karaca, sin embargo, ante algunas complicaciones, Senay se alejó de la música y hasta 2011, lanzaría su último disco Unutmak Zorundayim; fallecería dos años más tarde. 

Esta importante cantante en el movimiento ochentero femenino turco, reivindicó la música disco y la adaptó a un contexto completamente diferente y aunque el tiempo hizo de las suyas en el olvido, siempre se puede recordar un escucha a la vez y qué mejor, que de este lado del mundo.