El material de Legionarios de Cristo que no se conoció por la opinión pública buscaba limpiar la imagen del patriarca Marcial Maciel, se consolidó en 19 capítulos de 17 a 26 minutos, conocemos de su existencia por la pluma de Emiliano Ruiz Parra quien tuvo acceso a los guiones y el material de su producción.
Tengo una joya en mis manos: una serie de televisión que estelarizó Marcial Maciel unos años antes de morir. Los Legionarios de Cristo la grabaron entre los años 2002 y 2003, retratándolo como un héroe de la fe y, ocasionalmente, como una víctima de calumnias y malentendidos que se denunciaban en la prensa. Para cuando se produjo esta serie, el mundo ya sabía que Maciel era un pederasta que había abusado de niños y adolescentes que estaban a su cuidado, escribe en el primer párrafo Emiliano Ruiz Parra en su artículo publicado en Gato pardo.


La serie que nunca salió a la luz como él describe, está compuesta por 19 capítulos y está protagonizada por Marcial Maciel, sin embargo, pese a ser uno de los proyectos más grandes de este grupo sectario la cinta quedó olvidada. Retomarlo es una especie de ejercicio de apelación a la memoria a los abusos sexuales que cometió el fundador de la legión, cuyas violencias fueron encubiertas.

"Maciel no actuó solo: otros legionarios, jerarcas católicos, líderes políticos y magnates lo protegieron a pesar de las denuncias de las víctimas”, escribe Emiliano Ruiz.

Abuso, encubrimiento e impunidad

Maciel, nacido en Michoacán predicaba la castidad, los planes de Dios y a costa de la fe de los creyentes, Maciel construiría una organización donde controlaba la vida de sus integrantes mientras abusaba de los infantes, por supuesto, obteniendo grandes sumas de dinero para darse una vida colmada de lujos en Estados Unidos y Europa; su misión, “instaurar el reino de Cristo en la Tierra”.

Emiliano Ruiz, quien ha entrevistado a exlegionarios e investigado a profundidad el caso, explica que el arma principal de Maciel era victimizarse pues cuando su historial de abusos llegó al Vaticano, éste señalaba que todo se trataba de envidias y conspiraciones que atentaban directamente contra la voluntad de Dios, llegando a ser un hombre sumamente influyente, querido por Juan Pablo II y cercano al presidente de México, España, Chile, amigo de Carlos Salinas de Gortari, José María Aznar y Augusto Pinochet, afirma el artículo "Autorretrato de un demonio: la serie secreta de Marcial Maciel".

Corría 1997, cuando ocho exlegionarios hablaron sobre los abusos que vivieron dentro de la secta y señalaron en reiteradas veces de pederasta a Maciel. Felix, José Antonio, Fernando, Juan José, Saúl, Alejandro, Arturo y José B; hombres que rondaban los cincuenta años narrando el abuso perpetrado hacía cuarenta años atrás fue una imagen, por más, conmocionante, señala Ruiz.

El olvido se convirtió en el agente principal de la injusticia; las décadas pasaron, Maciel falleció entre lujos en la ciudad de Florida y no fue, sino hasta 2020 que los Legionarios de Cristo reconocieron que 175 menores de edad fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por un total de 33 sacerdotes de la congregación. Este número de víctimas incluye al menos sesenta menores de edad de los que abusó Marcial Maciel.


Los abusos sexuales en la Iglesia católica pulularon como una pandemia y se recibió un mayor número de denuncias, en Francia, la Comisión Sauvé tiene registro de 330 mil víctimas, los espacios donde ocurrieron estos abusos fueron escuelas, confesionales y viajes.
Hasta la fecha no ha habido una resolución parte de los Legionarios de Cristo que repare el daño de las víctimas. A sus 82 años José Barba quien es doctor en Filología, continúa exigiendo justicia como representante de los denunciantes de Marcial Maciel y líder moral.