BARRIOS ALTOS

La Güera lucha por un parque en El Arbolito para que niños del barrio dejen las calles

Ante la antipatía de las autoridades del municipio y estado, La Güera Rojas y jóvenes del barrio trabajan en crear un área verde en un terreno que dejó de ser habitable por un hundimiento

María Efigenia Rojas Contreras, La Güera Rojas.Créditos: Ian Lima
Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– María Efigenia Rojas Contreras, conocida como La Güera Rojas, lleva 15 años pidiendo apoyo a las autoridades municipales y estatales para la rehabilitación de un predio que se hundió en el barrio de El Arbolito, pero ante la nula respuesta a su petición, de convertirlo en un parque o lugar de esparcimiento, decidió comenzar a rescatar el espacio con ayuda de jóvenes de la colonia y también de una organización.  

A la Güera Rojas también la conocen como ‘la Güera del pollo’ porque comercializa ese producto, otros le dicen ‘Chuy’ y algunos se han atrevido a nombrarla como “defensora de los delincuentes del barrio de El Arbolito”, un apodo que dice, le pusieron solo por ayudar a las juventudes en situación de calle o condiciones vulnerables.

Y es justo para este sector, para quien busca que el terreno abandonado en la calle tercera de Peñuñuri se convierta en lugar de esparcimiento con áreas verdes, con una cancha y de un par de juegos, ya que en las 18 vías que conforman este barrio situado a cinco minutos del centro histórico de Pachuca, no hay áreas recreativas.

El antecedente: hundimiento en Peñuñuri

En la vivienda número 305 de la calle Peñuñuri de barrio del Arbolito se produjo un hundimiento en octubre del año 2005. El incidente provocó una cavidad de 12 metros de profundidad y 16 metros de diámetro, de acuerdo con un estudio que realizó la Unión Geofísica Mexicana (UGM) A.C.

Acceso al predio de Peñuñiri, en El Arbolito | Foto: Ian Lima

A raíz de ese acontecimiento, La Güera relató que las autoridades de Protección Civil del Estado de Hidalgo y su homóloga del municipio de Pachuca, les advirtieron a los vecinos que debían abandonar las viviendas porque 108 propiedades colindantes al siniestro estaban comprometidas.

María Efigenia Rojas Contreras, La Güera Rojas | Foto: Ian Lima

La casa con número 305 se demolió al igual que ocho casas con más de 60 años de antigüedad, entre ellas una vecindad de mil 800 metros cuadrados e incluso, una de las dos viviendas en posesión de La Güera, quien desde niña habitó en el barrio junto con su padre, un exminero.

Predio donde sucedió el hundimiento en octubre de 2005 | Foto: Ian Lima

Desde aquel entonces, el predio donde se registró el hundimiento quedó en abandonó, pero desde hace 15 años, La Güera se ha dedicado a cuidar que en el lugar no tiren basura o escombro.

Predio donde sucedió el hundimiento en octubre de 2005 | Foto: Ian Lima

Durante este mismo tiempo, relató que ha buscado a las diferentes administraciones municipales y del gobierno estatal para rehabilitar el predio y brindarle un sentido de pertenecía a El Arbolito, por ser uno de los barrios más antiguos de la ciudad, aunque no ha tenido mucho éxito.

Foto: Ian Lima

Indicó que uno de los acercamientos más recientes ocurrió a finales del año 2021, cuando en un evento abordó al actual alcalde Sergio Baños Rubio, quien a través de un acuerdo verbal le prometió que apoyaría el proyecto, situación que aún no ocurre, dijo.

“Nadie le da continuidad, todo mundo hace oídos sordos, todo mundo me manda de un lado para otro, como pelotita”.

El rescate de Peñuñuri

Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades, La Güera Rojas decidió emprender un proyecto con ayuda de la organización que ya ha colaborado en el rescate de espacios de otros barrios altos de la ciudad como La Españita y El Porvenir.

A partir de 12 de noviembre comenzaron la limpieza del lugar con ayuda de 30 habitantes del barrio de 10 a 23 años de edad, la mayoría jóvenes que no estudian, que carecen de redes familiares o en condición de calle que habitan en las casas abandonadas del barrio.

Casas demolidas tras hundimiento en calle de Peñuñuri | Foto: Ian Lima

Los niños y adolescentes a su vez integran una organización creada por La Güera que se llama “Rojas, Somos de Barrio”, que se identifican con el tronco de un árbol, pero sin hojas, porque ese símbolo hace referencia a las carencias de barrio y a su vez, la resiliencia de sus habitantes; en una de las ramas posa un búho que representa la enseñanza de los pobladores más longevos de El Arbolito.

Los jóvenes que ayudan a la limpieza y que buscan un espacio recreativo son los mismos que en más de una ocasión han sido segregados del barrio o del uso de espacios como la icónica cancha del Popolo, situada en el corazón de la colonia.

“Mucha gente sataniza a los muchachos porque dicen que son delincuentes, de lo peor, pero no deben estigmatizar ni generalizar. Ellos trabajan en el predio y es un intercambio porque ayudan a las faenas y la organización a cambio les proporcionará material para hacer murales y grafitis”.

Yair, busca un espacio de recreación para su hijos y sobrinos

Uno de los 30 jóvenes que ayudan a la rehabilitación del terreno de Peñuñuri es Alejandro Yair, de 23 años de edad, oriundo del barrio de El Arbolito, al igual que sus familiares.

Acceso al predio de Peñuñiri, en El Arbolito | Foto: Ian Lima

Yair se dedica recolecta material reciclado, desde botellas, hasta papel, aluminio y cartón que vende en un centro de acopio situado en Abasolo, una zona colindante a su colonia.

Junto con él habita su hija de tres años y sus dos pequeños de 5 y 6 años. Yair dice que vivir en El Arbolito “ha sido bonito”, pero que “le falta una manita de gato al barrio”, así como juegos y espacios donde los pequeños puedan jugar y evitar permanecer en las calles y callejones característicos del lugar.

“A mí me gusta estar aquí, quien sabe andar aquí está chido. Si yo ayudo a la limpieza es por mis hijos, por mis sobrinos y por varios niños en el barrio que están corriendo en las calles, donde pasan los carros, aquí (en el barrio) no hay parques y los que había los quitaron, hay canchas, pero no juegos”.

Zona de riesgo, posible dificultad para el proyecto

Tras el hundimiento registrado hace 17 años en El Arbolito, el espacio fue decretado en 2006 como una zona de riesgo para la población.

Sin embargo, la Dirección de Protección Civil del Municipio de Pachuca que actualmente encabeza Alfonso Rico Morales, estima que en el predio de Peñuñuri si sería posible la rehabilitación con solo un par de juegos; es decir, infraestructura sin tanto peso. 

Acceso al predio de Peñuñiri, en El Arbolito | Foto: Ian Lima

Por lo anterior, los integrantes de proyecto buscan la emisión de un dictamen actualizado para continuar los trabajos una vez que se concluya la limpieza total del predio, debido a que el decreto sobre zona de riesgo data del 17 de julio de 2006 y se divulgó durante el sexenio de Miguel Ángel Osorio Chong.

Aquella publicación publicada en Periódico Oficial del Estado de Hidalgo (POEH), también establece que, con base en un estudio realizado por el Servicio Geológico Mexicano, en el barrio del Arbolito se detectaron cavidades en el subsuelo con profundidades menores a 40 metros, lo que propiciaría una “alta probabilidad de que en el futuro se presenten colapsos del terreno superficial en forma violenta o gradual”.

Foto: Ian Lima

Mientras que el Atlas de Riesgo del Estado de Hidalgo, también establece que el hundimiento en El Arbolito tiene antecedente en las obras mineras ejecutadas en Pachuca.

Al respecto, Alfonso Rico, director de Protección Civil de Pachuca, explicó que dicha zona habitacional y sus colindancias hay socavones y caídas de vetas; por lo anterior, puntualizó que es relevante evaluar qué tanto peso puede aguantar, pues lo conveniente sería solo una pista de caminar con un par de bancas e incluso, juegos pequeños, pero no una cancha.

“Es un lugar que, si se pueden hacer cosas, pero hay que buscar un proyecto donde las familias puedan disfrutar y no estar preocupados de que va a pasar algo, a eso se debe la tardanza (…) si se puede hacer un estudio, pero es un poquito caro y en el municipio desafortunadamente no contamos con el presupuesto”.

Un proyecto por y para el barrio

La Güera Rojas y los jóvenes de El Arbolito que ayudan a la limpieza, buscan rescatar el predio abandonado y con ello salvar un poco de su identidad.

Foto: Ian Lima

“Yo quiero que vengan muchachos de otros barrios, quiero lograr la unión que había cuando yo era niña, cuando todo el mundo se saludaba, cuando los vecinos te invitaban un taquito, a ver la tele a sus casas, quiero que el barrio emerja como el ave fénix, de las cenizas, que haya un parque”, expresó la Güera.

A través del proyecto, también pretenden la unión vecinal que con el paso de los años se perdió, una división que La Güera atribuye a la simpatía con diferentes partidos políticos que dijo, prometen bienestar o beneficios a cambios de militar en algún movimiento.

“Lo único que no queremos es que al rato vengan las autoridades y se cuelguen el proyecto y digan: esto es mío. No, esto es del barrio, para el barrio y hecho por los pobladores, que se una quien quiera, pero esto es de nosotros, los habitantes”.

sjl