METRÓPOLI

Ángel flechó a Ivet desde prisión, se casaron en el Cereso de Pachuca

Ivet confía en poder hacer una familia cuando Ángel salga de prisión, asegura que lo inculparon de un delito que él no cometió

La boda se llevó a cabo adentro del Cereso.Créditos: Verónica Ángeles
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.- Ivet y Ángel contrajeron matrimonio este viernes 28 de abril de 2023 dentro del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Pachuca. Se prometieron amarse, quererse y respetarse frente al juez del municipio de Pachuca, quien llegó un poco retrasado y con prisa.

Vestida de blanco y con un ramo de flores, acompañada de su mamá, su suegra y sus cuñadas, Ivet llegó al penal cerca de las 11:00 de la mañana para decir sí a Ángel, su esposo y salió pasadas las tres de la tarde.

Ivet es de Tula y Ángel es de Tizayuca, ambos municipios de Hidalgo; conoció a Ángel gracias a una amiga de ella. La amiga de Ivet visitaba a su esposo que se encuentra recluido en el Cereso de Pachuca, Ángel es amigo del esposo de su amiga, ella le habló de Ivet a Ángel y le pasó su número de teléfono para que le llamara.

La mujer comenzó a responder las llamadas y algunos mensajes desde hace seis meses, y fue hasta hace un mes que comenzó a visitarlo en el penal los jueves, sábado y domingo, que son días de visita.

Ella asegura que se casó por amor, y que su condición de interno no le interesa, porque es como cuando se lee un libro “no se puede juzgar por su portada”.

Ivet | Foto: Verónica Ángeles

Ángel lleva cuatro años en el Cereso de Pachuca acusado de robo y asalto agravado a transporte público; pero su madre afirma que él es inocente, que el día de los hechos, su hijo salió por unas espumas, en el camino encontró a quienes se supone eran sus amigos y le pidieron un raite, no se les negó, pero resultó que ellos habían cometido el ilícito y los agarraron a todos juntos sin saber que Ángel no había participado de manera directa en el robo y asalto.

Una vez que salga del penal, Ivet pretende hacer una familia con sus dos hijos, una niña de cuatro años y un niño de 10 años.

Cuando le pidió matrimonio, ella pensó que era una broma, pues está consciente de la diferencia de edades, ya que ella tiene 26 y él 22; dejó pasar la propuesta, pero posteriormente, le volvió a decir que se casaran y ella aceptó gustosa.

Ivet dejó el empleo en el que se desarrollaba como pailera (soldadora), y se fue a vivir a la casa de su suegra mientras sale su esposo de la cárcel. Ella asegura que tienen muchas cosas en común, tales como la forma de vestir, de pensar e incluso en el gusto musical.

Ivet y una familiar | Foto: Verónica Ángeles

Para cubrir los gastos familiares, Ángel trabaja en la carpintería dentro del penal, hace muebles y cuadros de madera que comercializa ahí mismo.

Al salir del penal, Ivet se dirige a la casa de su suegra con la esperanza de que pronto Ángel salga de la cárcel y puedan vivir juntos, mientras continuarán las llamadas en la mañana y en la noche para platicar acerca de cómo estuvo su día, qué comieron y “si ya se bañaron”. Ella reconoce que él la cela mucho, pero piensa que es por el lugar en que está.

La suegra de Ivet pide a Dios que los bendiga y los acompañe, y asegura que los apoya, pues ya es decisión de ellos.

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