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Curar las heridas de gallos de combate, un trabajo que lleva a Jesús de feria en feria

Jesús se dedica a curar a los gallos que combaten en los palenques de las ferias, sus herramientas son hilo, aguja y un cicatrizante

Jesús va de un estado a otro curando las heridas de los gallos de combate.Créditos: Verónica Angeles
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.— Por su empleo, Jesús Ibarra va de feria en feria. Antes de llegar a Pachuca estuvo en la Feria Nacional de San Luis Potosí y de Hidalgo se fue a Aguascalientes, a la Feria de las Calaveras. Hoy puede dormir en un estado y mañana amanecer en otro. Y es que Jesús se dedica a curar las heridas de los gallos de combate que participan en los palenques de las ferias.

El hombre es originario de Zacatecas, pero radica en la entidad de la Feria de San Marcos: Aguascalientes. Estudió medicina veterinaria y aunque no terminó la carrera él se ha dedicado a atender a los gallos que resultan heridos en los combates que se dan en torno a los palenques de las ferias.

Rodeado de cajas transportadoras de gallos y de personas que se detienen para observar cómo realiza su trabajo, Jesús emplea aguja e hilo para coser sobre la herida y detener la hemorragia en algunos casos.

Jesús atiende a un gallo colorado, primero lava la herida con agua y esponja, después trata de controlar la hemorragia, pero observa que es una vena que ha sido cortada y que debe suturar; el gallo se mueve, pues le duele porque la herida es interna, pero logra acomodar y rápidamente une la vena. Nuevamente lava para quitar el exceso de sangre, ahora sutura la piel del ala del animal, pues la alcanzó la navaja del otro gallo y abrió, al último cose el cuero. Coloca un líquido azul que es un cicatrizante -dice- le ayuda al gallo para que sane la herida más rápido y no se le acerquen las moscas ni los gusanos. Hasta que dentro de algunos días el hilo se encarne y sane.

Desde que tenía 16 años se dedica a curar las heridas de los gallos de combate, hoy tiene 51, han pasado 35 años, ha visto todo tipo de heridas algunas de ellas de gravedad, otras de menor atención, “porque la navaja no respeta el cuerpo del gallo, donde quiera le puede cortar”, ya sea en piernas, pechuga, tráquea, tripas, o cualquier parte del gallo. Para llevar a cabo su trabajo, utiliza agujas, hilo, antiséptico, antibiótico, cicatrizante.

Foto: Verónica Angeles

Además de curar gallos, en Aguascalientes, Jesús también juega gallos con un equipo que se llama Las Tres Potencias y Granja de la Mora. Dice que vive en Aguascalientes porque hay más fuentes de trabajo, por eso cambió su lugar de residencia.

Su vida es rutinaria -comenta- es ver peleas cómo ganan o pierden todo, nunca he visto violencia en un palenque como se platica, lo normal: la variedad, los artistas. Luego vienes, trabajas, se acaba tu trabajo, te vas, si quieres ver al artista te quedas y si no te vas al hotel.

Foto: Verónica Angeles

Ese miércoles su trabajo comenzó a las 2 de la tarde, y desde esa hora y hasta cerca de las 10 de la noche llevaba ocho gallos atendidos, por cada uno había cobrado 300 pesos -dice que esa es la tarifa, independientemente del grado de heridas que presenten- pero los dueños deben estar conscientes que “todo animal que es herido, está propenso a morir, pero hacemos lo posible para que se salve”. No le gusta “hacer cochinadas”, y procura hacer de la mejor forma su trabajo.

La vida de un gallero

¿Cómo es la vida de un gallero? se le pregunta -pues la vida de un gallero es normal, más bien cómo es la vida del gallo, responde. “Un gallo tiene mucho trabajo, mucha paciencia debe tener instalaciones de primer nivel, vitamínicos que implica la postura y su cuidado, además del entrenamiento, que no se enfermen, que la gallera esté al 100 por ciento en condiciones adaptables para que el gallo dé el rendimiento que debe tener en la palea”.

¿Qué opina de que hay quienes dicen que el combate entre gallos es maltrato animal? se le inquiere -para empezar, menciona,- el gallo de combate nació para pelear, son los únicos seres vivos que no conviven con un semejante del mismo sexo, entre ellos se matan solos, aunque no le pongas navaja, cuando se ven se hacen pedazos; yo pienso que no es maltrato porque nacieron para eso: para pelear y morir peleando. No sé cuál es el plan de decir que es maltrato animal. Vayan a ver las condiciones en que viven un gallo a ver cuál es el maltrato”.

Un gallo vive como un rey en una gallera, tiene su jaula grande, su espacio, sus gallinas, tiene muy buena comida, sus instalaciones, todo lo necesario para crecer sanamente, explica Jesús, antes de viajar a Aguascalientes a la feria de las Calaveras, después irá a Tlaxcala y luego a Querétaro.

sjl