PACHUCA.- Después de dos años, Jorge Ernesto de Jesús Ruiz González volverá a contar historias y leyendas como lo hacía en Huasca, pero esta ocasión es para recaudar fondos para pagar un estudio que debe realizarse para saber si venció al cáncer y para donar a la asociación Mi Último Deseo Pachuca AC.
El 8 de octubre de 2020, la vida de Jorge y su familia cambió radicalmente, pues le fue diagnosticado linfoma de Hodgkin, que es un tipo de cáncer que se forma en el sistema linfático, el cual es parte del sistema inmunitario que protege el cuerpo contra infecciones y enfermedades.
Después de 19 quimioterapias hay esperanza de que el cáncer haya desaparecido, pero los gastos aún no concluyen, pues debe realizarse una tomografía y un trasplante de células. Para recaudar fondos, el 28 y 29 de octubre será el encargado de narrar y realizar un recorrido por Casa Rule, sede de la presidencia municipal de Pachuca, a partir de las 20:30 horas. El costo de los boletos es de 200 pesos.
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Carmen Arias, presidenta de la asociación Mi Último Deseo Pachuca AC dijo que hace una semana recibió la noticia de que le prestarían las instalaciones; esto, tras la negativa de la Secretaría de Cultura para ceder por dos días la Escuela de Artes o el Centro Cultural del Ferrocarril, espacios que habían pedido en septiembre pasado.
“Enviamos un oficio (a la dependencia), como suele ser para pedir un espacio, estaba firmado, sellado, solicitando el espacio, explicando para qué lo queríamos, la naturaleza del evento y me hablaron personalmente y me dijeron ‘le avisamos que no hay posibilidades, porque a veces utilizan el espacio para bailables’, y yo dije ‘¿en viernes y sábado a las 8 de la noche?’, y me dijeron ‘sí, está ocupado, todos los espacios están ocupados’”.
Ante esta situación, pensaron que el evento no podría desarrollarse, pero el regidor de Pachuca César Alberto Ramírez Nieto, quien el mes pasado comenzó a acercarse a la organización, al conocer el caso ofreció la sede de presidencia, realizó los trámites y se concedió el préstamo.
Jorge en una semana tuvo que armar el guion, buscar su vestuario de monje, estudiar la historia de Casa Rule y conocer el espacio, así como buscar la manera de introducir otras historias al recorrido; además, participarán otras personas para ambientar la presentación.
Jorge recordó que cuando vivía en Huasca de Ocampo tuvo la oportunidad de trabajar en los recorridos nocturnos que se hacían los fines de semana; sin embargo, la oportunidad de contar leyendas fue poco después, ya que primero comenzó vendiendo boletos, luego disfrazándose para asustar a los asistentes y finalmente, “al ver que tenía talento para esto” le ofrecieron ser uno de los narradores de historias en los recorridos.
“Desde chiquito me gustaba cantar, bailar, actuar, me gustaba todo eso, se vino la oportunidad que ahí se hacen recorridos cada ocho días y empecé a meterme en ese ambiente, en ese mundo, en poder disfrazarte, poder contar la historia de un pueblo, de varias personas”, por lo que duró cuatro años realizando esa labor, pero cuando le fue detectado el cáncer tuvo que suspenderlo.
No obstante, su preparación también le ayudó, ya que de más pequeño tomó clases de canto, actuación y doblaje, pues busca que las personas se vayan satisfechas y no solo con la experiencia de haber escuchado a un joven platicar una leyenda.
Lucha contra el cáncer
Por dos años, Jorge tuvo que recibir 19 quimioterapias para destruir las células cancerígenas de su cuerpo, y aunque su enfermedad fue detectada en medio de la pandemia por coronavirus, su tratamiento no fue suspendido en ese tiempo, aunque tuvo que tener cuidados más estrictos para evitar contagiarse, pues de hacerlo, sería mortal.
“Yo me atendía primero en (el hospital) La Raza (en la Ciudad de México), y en el piso 3 y 4 eran para atención de covid nada más, entonces teníamos que andar con mucho cuidado ahí, doble cubrebocas, gel, gafas, me cuidaba bastante para que no fuera a contagiarme, porque era muy peligroso para mí”, recordó.
Sin embargo, no fue el único cuidado que tuvo que implementar, pues tuvo que cambiar su lugar de residencia, ya que vivía con su familia en el pueblo mágico, pero debido a las bajas temperaturas que se registran en el lugar, sobre todo en temporada invernal, su médico le recomendó mudarse, ya que, le dijo, “una gripa puede convertirse en una neumonía para ti”.
En ese sentido, tuvieron que mudarse a la casa de unos familiares de su mamá en el Estado de México, pero parte de su tratamiento, citas médicas, curaciones de un catéter en el cuello, entre otras, tenían que realizarse en la clínica 36 del IMSS, en Pachuca, por lo que debía trasladarse cada ocho o 15 días a la clínica.
Aunque la semana pasada tuvo su última quimioterapia, aún debe realizarse una tomografía PET, en la cual le inyectarán una pequeña dosis de material radioactivo que iluminará cualquier célula de cáncer que pudiera quedar en su cuerpo, después Jorge ingresará al tomógrafo para revisarlo y en caso de que no se encuentre rastro de la enfermedad, sería apto para un trasplante de células.
“Aunque creemos que ya se acabó, aún faltan procesos que son complicados y caros, y se vienen muchos gastos, hay personas que piensan que por tener un seguro todo es gratuito, pero hay cosas que no los tiene el seguro, como medicamentos o el simple hecho de gasolina, yo, por recibir quimioterapias, las defensas se bajan, no puedo andar en transporte público, tenemos que comprar gasolina y todo eso son gastos que se nos van acumulando y nos quedamos sin dada”, refirió.
Acercamiento con Mi Último Deseo
Recuerda Jorge que él y su familia vieron en redes sociales una publicación de la asociación Mi Último Deseo Pachuca AC, por lo que a través de mensaje directo decidieron ponerse en contacto con ellos y pedir su apoyo para poder realizarse una tomografía PET (con un costo de 37 mil pesos), pues su economía ya estaba bastante lastimada por su tratamiento.
No era la primera vez que buscaban ayuda de una organización, aunque fue la única que les abrió las puertas, ya que las que habían consultado anteriormente los rechazaban debido a que Jorge ya cuenta con 18 años de edad y las agrupaciones que contactaron solo brindaban apoyo a menores de edad.
“Nos han tratado de apoyar de mil maneras, y ahora me dijeron ‘bueno, tú hacías eso (contar leyendas), viene el Día de Muertos, tú pones el talento y nosotros ponemos lo que viene’”, expresó Jorge; además, la asociación hizo las gestiones para que en Teletón Querétaro se pudiera realizar la tomografía PET.
sjl