TULANCINGO.- “Quien tenga algo que decir, que venga y hable”, respondió el arzobispo de Tulancingo, Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, sobre las acusaciones que involucran a dos párrocos de la arquidiócesis en presuntos casos de abuso infantil y estupro, aseguró que la Iglesia está dispuesta a escuchar y colaborar.
En contexto, el pasado 20 de diciembre, a través del podcast Anónimo, se dio a conocer un caso en el que se señala a dos sacerdotes del municipio de Tulancingo de cometer abuso infantil y estupro, por lo cual colectivas feministas de la región se manifestaron en apoyo de la víctima y solicitaron a representantes de la Iglesia un pronunciamiento al respecto.
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En ese sentido, monseñor precisó que para poder tomar acciones con los sacerdotes identificados por la víctima es necesaria una denuncia formal ante el Ministerio Público y ante la Iglesia con plena identificación y pruebas con la garantía de que no se vulnerará la secrecía de la demandante.
“Está aquí la Comisión, quien tenga algo que denunciar que venga y denuncie en plena identificación y con pruebas, y nosotros actuamos inmediatamente y conforme a protocolo”. El arzobispo precisó que al ser una denuncia anónima y no formal se limita la capacidad de la institución para proceder con la normativa eclesiástica.
De presentarse la denuncia en las instancias correspondientes, por parte de la Iglesia se atendería con base en el Código de Derecho Canónico y el VADEMÉCUM, destinado a aplicar de forma concreta la normativa canónica referida a los casos de abuso sexual de menores cometidos por clérigos, asimismo, se intensificaría la revisión de la conducta de seminaristas y párrocos.
Domínguez Couttolenc indicó que los casos de abuso existen a nivel nacional y han sido reconocidos por el Episcopado Mexicano, pero como en entornos educativos, médicos y familiares, pidió que por las fallas de algunos se catalogue de la misma forma a todos.
“Si es una persona ha sido agraviada no deben tener temor, si alguien le faltó es un derecho de ella venir y es una obligación mía escucharla, pero, insisto, debe identificarse y comprobar, no solo tiene que venir a la Iglesia, debe ir al Ministerio Público.”
Finalmente, el prelado consideró que estos hechos no ponen en riesgo la fe de la Iglesia, ya que su deber es evangelizar y la fe es una opción de la gente. “Nosotros evangelizamos y la gente evangelizándose sabe que debe creer en Jesucristo, pero la fe es una opción”.
*Foto: Jessica Manilla
