Pachuca.— Aventura, turismo, deporte y cultura, es lo que ofrece la ruta ciclista Minas Viejas, la cual te llevará por lugares de la historia de Pachuca, descubriendo paisajes de las antiguas minas, voladeros y, desde luego, el bosque del Parque Nacional El Chico, este fin de semana, las secretarías de Turismo y Desarrollo Económico del municipio de Pachuca, convocaron a más de 110 ciclistas de montaña de Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México y Querétaro a realizar esta ruta, la cual es del nivel intermedio–avanzado.
El banderazo de salida se dio en la Plaza Independencia, que alberga el Monumental Reloj de Pachuca. A unos metros comienza, en la calle Galeana del Bario Mágico de El Arbolito, la primera cuesta “rompe piernas”, sobre el antiguo camino a la mina de El Bordo.
Si no tienes condición, en verdad que te costará trabajo subir, pues lo que viene demanda mucha fuerza y agilidad en las piernas y brazos, pues se sube a una altura máxima de 2 mil 966 metros sobre el nivel del mar.
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Al subir por este camino, se pueden observar las primeras ruinas de las antiguas minas, una de ellas es la de San Buenaventura. Cerca de esta, en la cañada de El Tulipán, se encuentra una formación geológica llamada La Peña de los Compadres, la cual tiene una antigua leyenda.
De acuerdo con Zenón Rosas Franco, historiador, escalador y ciclista pachuqueño, se cuenta que esta formación rocosa es el resultado de la petrificación de dos compadres por maldición divina.
La historia de esta peña, inicia en el virreinato, con la llegada un fraile joven “y de buen ver”, que se encargó de la Iglesia de la Asunción de María a los Cielos (conocida como La Iglesia de la Asunción) en el centro de Pachuca.
También llegó un adinerado español casado con una joven y hermosa mujer, engendrando un hijo el cual fue bautizado en esta iglesia por el sacerdote, quien, además, fue elegido como padrino de la creatura.
El minero español salía recurrentemente fuera de su hogar a expediciones que duraban semanas y meses en búsqueda de vetas de plata y oro. En ese tiempo, la mujer y el sacerdote, los compadres, iniciaron una relación prohibida de adulterio, el cual comenzó a generar especulaciones entre la población.
Fue entonces que, los compadres consumaban su amor prohibido detrás de aquella cañada, donde Dios mandó un rayo que los petrificó: “el compadre quedó de pie para la eternidad, a la comadre la desencantaron con dinamita (en 1984 por un ingeniero) para construir la cortina de la presa que rompe la carga hidráulica de las aguas broncas que bajan de San Miguel El Cerezo en temporadas de lluvia”, contó Zenón Rosas.
Siguiendo con la ruta ciclista, se pueden ver ruinas de las minas que dieron vida a Pachuca. Actualmente, solo la Mina del Cristo opera, y es de esta que se extrae el material rocoso para ser tratado en la Mina de San Juan Pachuca. Desde este punto, se puede observar grandes postales de la ciudad capital de Hidalgo.
Al llegar a San Miguel Cerezo, un poblado lleno de historia y acueductos, se empieza a sentir el aire fresco del bosque. La cuesta continúa siendo desafiante para las piernas de los ciclistas. Algunos, tienen que bajar y caminar, pues como escribió José Alfredo Jiménez, en su canción de El Rey: “no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”.
Aquí, la siguiente parada es la presa de El Jaramillo. Aquí ya es el Parque Nacional de El Chico. Actualmente, este embalse ubicado entre Pachuca y Mineral del Chico se encuentra en niveles bajos, debido a las sequías que han azotado a todo el país.
Acueducto de la Media Naranja
El pasado 22 de mayo de este año, salió publicado en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo el decreto como Patrimonio Cultural Tangible, Histórico e Hidráulico del Acueducto de la Media Naranja, ubicado en el ejido de San Miguel El Cerezo, en Pachuca.
El promotor de esta protección es Zenón Rosas Franco, quien también es regidor de Pachuca. Contó que este acueducto fue edificado en el Siglo XVI y que ha servido para abastecer de agua a Pachuca.
“Este acueducto, de acuerdo con los pocos datos históricos que se han encontrado, lo mandaron a construir o construyeron los frailes franciscanos de la época de la Colonia, siendo su convento y su iglesia íconos del paisaje de nuestra ciudad, olvidando esta obra de ingeniería hidráulica que merece de igual pleno reconocimiento”.
El punto final de esta rodada es en el emblemático Valle de los Enamorados, un espacio único de Mineral del Chico, donde se respira aire fresco y hay varias actividades ecoturísticas para la familia.
De acuerdo con Ricardo Javier Rivera Barquín, secretario de Desarrollo Económico de Pachuca, está proyectando que este tipo de rodas ciclistas se puedan realizar cada 15 días, a fin de promover el deporte, la cultura y el consumo local, pues el ciclismo de montaña atrae a muchos amantes de la bicicleta de todas partes del mundo. Desde luego que Pachuca tiene orografías que se prestan a la práctica de este deporte extremo.
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