HISTORIAS

Sus campañas han llegado hasta Rusia; artesano de Hidalgo tiene 55 años en el oficio

El artesano Clemente Guerrero ha perfeccionado el arte de elaborar campanas a lo largo de cinco décadas, sus piezas han llegado hasta Rusia

El artesano está instalado en la Feria de Pachuca.Créditos: José Antonio Alcaraz
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.— Clemente Guerrero González, un maestro artesano de 76 años de edad de Tizayuca, Hidalgo, ofreció reparar “de a gorra” (gratis) la Campana de Dolores, esa que se tocó la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en la localidad de Dolores, Guanajuato, y que dio inicio a la Independencia de México.

Con 55 años elaborando campanas, dijo que actualmente esa campana histórica tiene algunos detalles que hacen que ya no suene como antes. Por ello, mencionó, “voy a ir a ver al señor López Obrador para decirle que yo puedo arreglar la campana ‘de a gorra’, pues no me gusta cómo suena”, expresó el experimentado artesano, quien a través del tiempo ha desarrollado el sentido del oído, lo que le permite percibir el temple de una campana.

El anterior comentario lo dijo consciente de que es imposible que le permitan hacer una reparación a esta insignia nacional, pues hay una ley que prohíbe la intervención de campanas históricas, incluso la de las iglesias. Sin embargo, si no existiera esta limitante, él se ofrecería a reparar la campana que tocó el cura Miguel Hidalgo y Costilla.

En entrevista con La Silla Rota Hidalgo, don Clemente, un artesano nacido en la Ciudad de México, pero radicado en Hidalgo desde hace muchos años, compartió su amor, dedicación y alegría por elaborar, reparar y crear campanas de bronce, cobre y hasta de oro y plata.

“Puedo repararla y hacerla de nuevo, pero como te digo, existe una ley que no permite una restauración, incluso de aquellas campanas que hay en las iglesias”, dijo el artesano de 76 años que por sus venas corre sangre de artesanos escultores de Salamanca, Guanajuato, de donde es su familia.

Es un mexicano comprometido con su trabajo. Su negocio se llama “La Campana Artística” y el slogan es: “Tus sueños los hacemos realidad”. Su taller se encuentra en la comunidad del Carmen, Tizayuca, y su número de contacto es 5517682105, “lo que necesiten, dentro del trabajo”.  

Foto: José Antonio Alcaraz

De mirada serena, voz grave, piel canela y pelo cano, ofrece campanas grabadas, cirios, dijes, esculturas, llaveros, arpas, diapasones y hasta cuencos tibetanos (hechos en México) en el local 45 del Pabellón Artesanal de la Feria San Francisco Pachuca 2023. Actualmente, su herencia artesanal se las dio a sus hijos Juan Carlos y Fernando, a quienes constantemente les dice “aprovéchenme”. 

Ahí, se encontraba tocando un cuenco, con la figura de buda. El hombre, quien actualmente vive en el municipio de Tizayuca, comentó que en 1968 comenzó a hacer campanas a través de la fundición de metales, es decir, hace 55 años. Su trabajo ha sido reconocido no solo en diferentes estados del país, sino en el extranjero. Una de ellas, fue colocada en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, Ciudad de México.

“Claro que soy feliz haciendo esto. Dicen que gracias a mi trabajo de artesano estamos comiendo. Y también estamos enseñando a las nuevas generaciones (sus nietos). Una anécdota es que le dije a uno de ellos que me ayudara a vender campanas y el muy vivo me preguntó: ‘¿cuánto me vas a pagar?’… ni siquiera había vendido algo y ya quería cobrar. Hay que enseñarlos, me traigo a mis nietos a vender, para que se desenvuelvan y pierdan el miedo de ver a la gente, porque eso es lo que nos pasa a todo el mundo, nos da miedo ver a la gente, por eso no te levantas. En nuestro país, la gente de la provincia nos da miedo hablar y convivir, que se quiten ese miedo”, dijo.

La iniciación

“Mi jefe (papá) fue quien empezó con esta tradición de hacer campana. Entonces nosotros continuamos en ese rumbo y pues hemos estado en muchos lados. Yo comencé a trabajar de lleno en las campanas a los 23 años. Las primeras que se hicieron eran con arena de lama, es decir arena de la siembra, así empezaron a hacer las campanas, aunque todas salían burdas”, comentó.

Su familia es originaria de Salamanca, Guanajuato. Allá, dijo, “hay escultores, campaneros… en la familia hay de todo, esto es de herencia. Actualmente, los trabajos que realizan los hacen con moldes especiales, los cuales son prefabricados y utilizan tarras para fundir el metal tal como lo hacen los artesanos de Atizapán y de Tlahuelompa, en Zacualtipán.

La campana de la Plaza de las Tres Culturas

Don Clemente recuerda que, cuando estuvo Rosa María Izcarragua, al frente de Hidarte, por instrucción del entonces gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, le encargó una campana para la Antiguerra Nuclear, fue colocada en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, Ciudad de México.

Foto: José Antonio Alcaraz

“A mí me la pidieron que la hiciera. Gracias a Dios la hice y, aunque nos costó bastante trabajo porque quería una campana de un metro de alto y un diámetro de 90 centímetros con el grosor como de tres octavos. Entonces, no salía y no salía y no salía y la volvíamos a hacer hasta que salió. Nos pidieron que la lleváramos hasta Tlatelolco… fue un regalo que dio Murillo al doctor Velasco, ahí me presentaron a quien más tarde fue presidente de la república, el doctor Ernesto Zedillo”, contó.

Foto: José Antonio Alcaraz

Esta campana la hizo diseñando en su superficie un mundo, un misil y el “logotipo de los doctores”. Para realizar la campana, hecha a base de cobre y estaño y que pesa 70 kilogramos, se tardó 15 días, debido a los constantes intentos.

¿De dónde proviene el metal para la fundición?

El metal que usa para la elaboración de las campanas, inicialmente, lo sacaba de la chatarra. Era muy pesado, pues recuerda que el metal “se echaba a perder”; sin embargo, para componerlo, le echaban sal de grano para “componerlo”. Esta reacción química, realizada a altas temperaturas, volvía a su estado original los metales.

“Hoy ya no le sufrimos, pues compramos el metal en lingotes. Antes, cuando se echaba a perder el metal, usábamos la sal de grano… olía como el infierno, es decir, a puro azufre. Antes era muy peligroso, pues, por ejemplo, había gotera (en el techo del taller) y si llegaba a caer agua en el caldero, se esparcía el vapor, soltando vapores tóxicos que afectaban a la salud”, expresó.

“Hay que aguantarse la quemada”

Desde luego, dijo, los accidentes están a la orden del día. Aunque no han sido de gravedad, Don Clemente dijo que hay que tener mucha precaución, y usar equipo de protección. Aunque, en algunas ocasiones no lo hace:  

“Hace poco, al realizar un trabajo de fundición junto con mis hijos, que se cae un metal al rojo vivo… para mi suerte, cayó en el pie, yo traía tenis que me cae metal y dijeron que lo tirara, pero yo les dije que le siguieran, ‘hay que aguantarse la quemada’, ya después, llegué al agua y a meter la pata”, contó.

También, al manipular el metal al rojo vivo, llega a botar al parpado “y chin... si duele, pero hay que aguantar, pues imagínate que por eso tires todo el metal, se esparce, por eso le digo a mi hijo: tu échale, aunque te estés quemando”, indicó.

“Nada más dime rana y yo salto”

Además del cobre, bronce y estaño, también ha desarrollado trabajos con metales de oro, plata y pewter, este último es una aleación compuesta por estaño, cobre y antimonio, el cual da un color blanco similar a la plata.

Foto: José Antonio Alcaraz

“Por mi experiencia, yo te puedo decir eso es piuter y toda la gente se va con la finta que es aluminio o plata. Pero también hemos hecho trabajos con oro y plata como dijes, esclavas y esculturas… a mi lo que me pidan lo hago, hasta esculturas hago y barandales artísticos, nada más dime rana y yo salto, hacemos de todo”, dijo.

En la tienda de Hidarte, dijo, tiene 40 años exhibiendo y vendiendo sus esculturas. Para materializar las ideas y dar los acabados, detalló, uno se inspira de la imaginación, eso, dijo, ha sido el principal eslabón para ir mejorando el trabajo.

“Soy campanero, pero quiero ser el mejor. Que se refleje en mi trabajo, pues me gusta, puedo hacer un retablo de virgen con todos los ángeles, también, hice una campana para un parque en Cancún, un parque bicentenario… sin embargo, el gobernador, al ver este trabajo, ordenó que se fuera para el palacio de gobierno, porque en la escultura va Miguel Hidalgo, Allende, Josefa Ortiz de Domínguez”.

Se han ido sus campanas a Rusia

El señor Clemente contó que sus trabajos se han ido hasta Rusia. Gracias al notario hidalguense Alfredo Fayad, quien una vez le pidió hacer entre 40 y 50 campanas réplicas de la de Dolores (Independencia de México) para los rotarios de Rusia.

“Sí me han invitado a salir a otros países, pero a mí no me gusta salir, porque como somos artesanos, trabajamos diariamente, entonces: ¿Qué comes?, ¿y la familia de qué vive?”, agregó.

El regateo

Es muy común que la gente regate las artesanías, incluso, recientemente, un visitante le ofrecía menos dinero por una campana en el estand de la Feria de San Francisco Pachuca. Al final no cedió, pues hoy reconoce el valor de su trabajo.

“Ahora en este pabellón no nos cobraron por estar aquí, gracias al gobernador Julio Menchaca, hoy tenemos estos espacios. Antes nos ponían a un lado de donde está la estatua del caballo (Lienzo Charro), ahí estábamos sin importar que estuviera lloviendo, corría agua en los pies. Hoy se ha dignificado, hoy todos los artesanos están reyes, ya no se sufre como antes”, expresó.

Don Clemente, junto con otros artesanos, estarán hasta el 22 de octubre vendiendo sus productos en el Pabellón Artesanal de la Feria San Francisco Pachuca 2023.

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