Fernando, un niño de 12 años, desapareció sin dejar rastro en Ayala, Morelos. Durante horas, su familia vivió una angustia indescriptible. La comunidad se movilizó, las autoridades activaron protocolos de emergencia y el rumor de un posible secuestro creció con rapidez. Sin embargo, lo que en realidad ocurrió fue una modalidad delictiva cada vez más frecuente: un secuestro virtual.
El menor fue localizado sano y salvo la mañana de este miércoles 11 de junio, escondido en una barranca rodeada de cañaverales en el poblado de Tenextepango. Estaba deshidratado, pero sin lesiones visibles. Lo habían convencido, mediante una llamada telefónica, de ocultarse y cortar contacto con su familia. Mientras tanto, los extorsionadores mantenían comunicación con sus padres, haciéndoles creer que el niño estaba secuestrado y exigiendo dinero a cambio de su “liberación”.
Un operativo contrarreloj
Desde el momento en que se reportó la desaparición, la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de su Fiscalía de Investigación de Delitos de Alto Impacto (FIDAI), activó un operativo coordinado con fuerzas municipales, estatales y federales. La búsqueda se extendió durante toda la noche. A las 6:00 de la mañana de este miércoles comenzó un operativo con perifoneo en zonas cercanas y el uso de un helicóptero estatal.
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Fue a las 11:15 horas cuando elementos de búsqueda dieron con el menor. Estaba en una zona de difícil acceso, sin rastros de violencia física, pero claramente desorientado y afectado por las horas de aislamiento. De inmediato, personal médico y psicológico le brindó atención especializada.
La presión ciudadana también fue clave. La noche del martes, familiares y vecinos del menor bloquearon una vialidad en la colonia Constancio Farfán, exigiendo una búsqueda más amplia. Esa acción ayudó a acelerar la movilización de las autoridades y, finalmente, a localizar con vida a Fernando.
No fue un secuestro físico
El secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Miguel Ángel Urrutia, confirmó que no se trató de una privación ilegal de la libertad, sino de un secuestro virtual: una modalidad de extorsión en la que las víctimas son manipuladas telefónicamente para aislarse y simular un secuestro, mientras los delincuentes exigen dinero a sus familiares.
“Este menor fue enganchado mediante una llamada telefónica. Se trató de un secuestro virtual. Afortunadamente fue localizado con vida y ya está con su familia”, dijo Urrutia, quien hizo un llamado urgente a padres, madres y docentes a reforzar el cuidado de niñas, niños y adolescentes en el uso de teléfonos y redes sociales.
Una práctica en crecimiento
Este no es un caso aislado. En marzo pasado, un adolescente en Cuernavaca también fue víctima de un secuestro virtual. Recibió una llamada que lo convenció de salir de su casa bajo la falsa premisa de que su madre estaba en peligro. Mientras tanto, los delincuentes contactaron a su familia para exigir un rescate. Fue localizado horas después, ileso, cerca de un negocio familiar.
Las autoridades advierten que los menores de edad son cada vez más vulnerables a estas prácticas. Su familiaridad con dispositivos móviles y redes sociales los convierte en blancos fáciles para los extorsionadores.
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La Fiscalía de Morelos indicó que continuará con las investigaciones para dar con los responsables del secuestro virtual de Fernando. Mientras tanto, especialistas y autoridades insisten en la necesidad de educar a niñas, niños y adolescentes para que no respondan llamadas de números desconocidos, ni compartan información personal en línea.
JCVP
