Este 21 de abril se cumplieron tres años del hallazgo del cuerpo de Debanhi Escobar, la joven de 18 años cuyo caso conmocionó a Nuevo León y a todo México y desató una oleada de protestas, indignación y reclamos que aún no encuentran justicia. A pesar de que este caso ya pasó por la fiscalía de Nuevo León y la Fiscalía General de la República (FGR), las causas de la muerte siguen sin esclarecerse.
Debanhi, estudiante de Derecho en la UANL, desapareció la madrugada del 9 de abril de 2022 tras salir de una fiesta con amigas. Horas después, una imagen suya, sola a la orilla de la carretera a Laredo frente al hotel Nueva Castilla, se viralizó en redes sociales y marcó el inicio de uno de los casos más emblemáticos de violencia contra mujeres en el país.
La búsqueda se prolongó por 12 días, en los que su familia, colectivos feministas y autoridades estatales revisaron varias veces el área, pero sin éxito. Finalmente, el 21 de abril, el cuerpo de la joven fue localizado en una cisterna dentro del hotel, en una zona que ya había sido inspeccionada.
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Inconsistencias, despidos y una investigación sin justicia
Un día después, el 22 de abril, la Fiscalía de Nuevo León reveló que, según estudios forenses, Debanhi murió por una contusión profunda de cráneo y no por ahogamiento. Es decir, la autoridad ministerial aseguraba que la muerte de la joven se trataba de un accidente, versión que de inmediato fue cuestionada por los padres de Debanhi, por lo que acusaron al fiscal estatal Gustavo Adolfo Guerrero de irregularidades en la investigación
Tras la presión social, el 27 de abril, la Fiscalía estatal cesó a los fiscales Rodolfo Salinas y Javier Caballero, especializados en personas desaparecidas y antisecuestros, y quienes estuvieron a cargo de la búsqueda.
Mientras la Fiscalía de Nuevo León sostenía la hipótesis de una muerte accidental por caída, la familia presentó una segunda necropsia, publicada por el diario El País el 12 de mayo, y que concluyó que Debanhi había sido asesinada por asfixia por sofocación, ocurrida entre tres y cinco días antes del hallazgo, además de confirmar abuso sexual. Esta revelación provocó la intervención de las autoridades federales.
El 26 de mayo, el entonces subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, anunció la exhumación del cuerpo de Debanhi para practicarle una tercera autopsia, la cual se realizó el 1 de junio.
La FGE anunció el 9 de septiembre que atraería la investigación del caso, lo cual se concretó meses después, el 16 de diciembre, cuando realizó un cateo de 17 horas en el motel Nueva Castilla. Desde entonces, la carpeta sigue en fase de peritajes en la Ciudad de México, según ha declarado el padre de Debanhi, Mario Escobar.
Tras todo esto, el 5 de octubre de ese 2022, el fiscal Gustavo Adolfo Guerrero renunció a su cargo.
La indignación creció en NL
El caso desencadenó una serie de marchas, bloqueos y protestas en varias ciudades del país, así como una crisis política en Nuevo León, donde el tema de la violencia feminicida ganó un lugar central en la agenda pública.
Las únicas personas que han sido llevadas ante un juez hasta la fecha son dos exempleadas del hotel Nueva Castilla, acusadas de encubrimiento y falsedad de declaraciones, al afirmar en su momento que las cámaras no captaron nada relevante, cuando en realidad sí registraron el ingreso de Debanhi al inmueble.
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Todos a la espera de justicia
Este lunes 21 de abril, cumplirse tres años del hallazgo del cuerpo de Debanhi, sus familiares y amigos ofrecieron una misa en su memoria en la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en el municipio de San Nicolás de los Garza, Nuevo León.
Durante la ceremonia, el padre de Debanhi, Mario Escobar, expresó su indignación por la falta de avances en la investigación y señaló presuntos actos de corrupción por parte de autoridades involucradas en el caso. En tanto su madre, Dolores Bazaldúa, anunció que en las próximas semanas buscará reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum y con integrantes de ONU Mujeres para dar seguimiento al caso y exigir justicia.